viernes, 25 de septiembre de 2015

EL ESCRITOR, SU NOVELA Y LA MARCA PERSONAL

Mi amigo Ecequiel Barricart publicó el año pasado un libro titulado “Tú eres Dios y tu marca personal tu religión” que os recomiendo leer, porque al menos para mí resultó un gran descubrimiento. 



En este libro, básicamente plantea que “La marca personal es la huella que dejamos a nuestro paso y aquello por lo que somos juzgados por los demás. Disponer de una marca personal fuerte y afianzada resulta imprescindible en un mundo hipercompetitivo como el nuestro, pues de ella dependerá que nos elijan a la hora de un ascenso, una contratación o bien, si somos autónomos, de encargarnos un proyecto profesional. Para ello debemos ser capaces de construirla y afianzarla a lo largo de nuestra carrera profesional, algo que no resulta fácil si no se dispone de los conocimientos o las herramientas adecuadas para ello”. 

Hasta que publiqué "La proposición de Carola"  siempre había pensado que esto tenía que ver con las empresas o con determinadas profesiones que necesitan “vender”. ¡Cómo si los libros no tuvieran que venderse, qué gracia!



La realidad es que en la definición de Ecequiel ya está dicho todo: también los escritores tenemos una gran necesidad de dejar una huella a nuestro paso y más en un mercado en franca expansión y evolución, como es la literatura, donde cada día se publican nuevos títulos que compiten en el mercado para llegar a los ojos y, sobre todo al corazón y a las emociones de nuestros potenciales lectores.

He leído que en España se publican anualmente más de 70.000 títulos y con la autopublicacion, plataformas digitales, globalización, etc... seguro que son bastantes más. Con estos datos en la cabeza es muy evidente, al menos para mí, que es imprescindible crear tu marca personal para conseguir que te conozcan a ti y, lo que es más importante, que se reconozca tu trabajo.

Si no tenemos una marca personal, no conseguiremos competir en medio de esa desaforada jauría. Nosotros también necesitamos “que nos elijan”, que elijan nuestra novela frente a la gran y variada oferta que existe a un click o en las librerías.



Tenemos que diferenciarnos del resto. Ser reconocibles. Y sé que es cierto que metidos en nuestro mundo de historias y proyectos muchas veces rechazamos el asunto de la promoción y el marketing como algo que no va con nosotros. Son innumerables las veces que le escucho a alguien decir que él se dedica a escribir pero que no le gusta tener que promocionarse, que no sabe hacerlo y, sobre todo, que no piensa perder el tiempo en ello... Cada vez que lo escucho opino que es una pena porque, salvo excepcionales casos de éxito, esa persona está haciendo que su libro, que muchas veces es una gran historia, pierda muchas oportunidades de ser conocido y, por lo tanto, llegar a más personas que, al fin y al cabo es con lo que soñamos todos los que publicamos. Si no, habríamos guardado nuestros escritos en algún cajón. Pero hemos dejado que entre la luz porque queremos que nuestra historia se ilumine con otras miradas.



No somos un producto ni nos estamos vendiendo (en el sentido más peyorativo de la palabra) solo por esforzarnos en crear nuestra marca personal. Simplemente es cuestión de ir haciéndonos un nombre y, sobre todo no perder las oportunidades que el mundo de las nuevas tecnologías nos está brindando. Ahora, nuestros posibles lectores, por muy dispersos geográficamente que puedan estar, siempre están a un clic de nosotros. Solo es dar con el clic adecuado. 

Por eso, ahí van algunos primeros consejos:

  • Tiene mucho más futuro crearte una marca personal que una marca centrada en tu libro. Es tu primer libro y el pudor suele hacer que todos nos creemos una página de FB, un blog, una web dedicada a él. Porque estamos orgullosos de haberlo conseguido y también porque nos da vergüenza dar directamente la cara y de esta manera nos convencemos a nosotros mismos de que el producto es el título y no nosotros. Ya os lo he dicho, no lo somos. Lo que ocurre es que, previsiblemente, escribirás otros libros, querrás publicitarlos, volverás a ilusionarte e incluso a enamorarte de futuros y grandes proyectos y, en ocasiones descubrirás que debes empezar casi de cero porque has hecho reconocible tu anterior título pero no lo has hecho contigo.

  • Una vez has decidido construir tu marca personal, es importante que detectes cuales son aquellas cualidades que te hacen diferente a los demás. El título de tu libro o novela es una de estas cualidades, por supuesto, y como tal lo tienes que publicitar. Pero también otras cuestiones más personales. Y para eso es bueno conocernos bien. Saber cuales son nuestras fortalezas. Qué cosas destacan de nosotros. Cuáles son nuestros valores. Que percibe la gente que nos conoce (la cercana y la lejana), y muchas otras cuestiones que nos diferencian del resto. 

  • En este camino, evidentemente, las nuevas tecnologías, las redes sociales, los blogs... son herramientas imprescindibles y que nos van a servir de gran ayuda a la hora de difundir nuestra visión, nuestras potencialidades y esas cosas que nos diferencian del resto y que, a la larga, hacen que tengamos un nombre reconocible en medio de un entorno tan masificado como es el de la literatura.

  • Trabajar nuestra marca personal es algo que siempre tiene una repercusión positiva, principalmente porque aumenta nuestra identidad literaria y nos visibiliza. Al fin y al cabo, nuestro nombre va a aparecer en la portada de todos nuestros libros y la gente tiene que entender que ese nombre representa en general una forma de escribir, un género, un estilo propio y muchas otras cosas que, lo sepamos o no, todos llevamos implícitas.


En la próxima entrada y antes de entrar en materia sobre estrategias de marketing especificas para ebooks y novelas en papel os hablaré más detenidamente sobre algunas cuestiones que debes trabajar para construirte tu marca personal. Mientras tanto, simplemente, disfruta del proceso.


3 comentarios:

  1. Interesante artículo, me hace reflexionar acerca de nuestros principios fundamentales, sin entrar a polemizar pienso que hay dos clases de escritores:Aquellos que escriben para sus lectores y aquellos que escribimos para nosotros mismos, los primeros ya desde antes de comenzar a escribir están pensando en el mercado, lo cual no es malo, pero los segundos están pensando en la trascendencia, lo cual a mi parecer es mejor, ya que a la larga los que tienen calidad prevalecerán" Tito Fabio.

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  2. Gracias por tu aportación, Miguel! Muy interesante reflexión, lo que ocurre es que yo soy de las que piensa que escribir es un vicio solitario que haces por y para tí, pero que en la segunda fase, cuando decides intentar publicar, ya te estás ofreciendo a los lectores y, en ese momento el objetivo de cualquiera es llegar a ser leído por el mayor número posible. Si no, dejaríamos nuestras historias en los cajones (que yo muchas veces lo hago, por pudor, intimidad y, sencillamente porque algo lo he hecho solo para mí y conmigo). Considero que son dos cuestiones diferentes y que precisamente por eso, afortunadamente no influye en absoluto en la calidad de lo escrito, solo en su posterior difusión.
    Un abrazo

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  3. "Y así es, en mi caso, escribí durante más de veinte años varias novelas, las cuales permanecieron en el cajón como tu dices, hasta que recién el año pasado me decidí a publicarlas,logrando que al menos tres de ellas ya están siendo difundidas en el mercado editorial con relativo éxito, lo cual me da ánimos para continuar por esta senda.

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