Como cada año he dedicado el mes de noviembre al NaNoWriMo.
Este año la cosa ha sido más complicada que otras veces porque en medio se me han cruzado algunos proyectos interesantes que no podía abandonar. Primero, las correcciones de la novela que estaba a punto de terminar: UNA VAMPIRA CON BRACKETS y, de pronto, tuve que volver a LA PROPOSICIÓN DE CAROLA porque desde la editorial me propusieron trabajar en una nueva edición mejorada que, posiblemente saldrá a finales del invierno o comienzos de la próxima primavera.
Como comprenderéis, no eran dos proyectos que pudiera aparcar solo porque me había comprometido conmigo misma a escribir 50.000 palabras de una nueva novela.
Es el tercer año que me reto a mi misma y aunque, como ya he dicho, este año me ha resultado más complicado, lo he vuelto a lograr. Y me siento orgullosa. Orgullosa de haber tomado un año más la decisión de comprometerme a escribir una nueva novela. De comprometerme con la creatividad. Orgullosa de haber creado tiempo para poder dedicarlo a escribir. Madrugando, trasnochando o, simplemente rascando entre tanta actividad diaria que me ha tocado afrontar durante estos días.
Orgullosa, sobre todo, de haber mantenido la perseverancia, pero también de haber sabido jugar un poco con la magia para hacer que este borrador de novela que, provisionalmente he llamado EL EFECTO CURIE, vaya tomando cuerpo y me haya divertido tanto perfilándola y construyendo una historia de amor, de aventura, de emociones y, también de algo de intriga y acción.
En los próximos meses espero descubrir hacia donde me lleva esta historia y, después, seguiré corrigiendo, corrigiendo, corrigiendo hasta intentar dejarla redonda.
Os seguiré hablando de ello.
A propósito: Ilia también se impuso un reto. Ella, evidentemente no iba a escribir 50.000 palabras. Ni creo que a los 10 años esto sea posible ni tampoco se lo hubiera permitido porque me parece un esfuerzo excesivo. Pero ha superado el reto que se había impuesto y, lo mejor de todo es que ella, esta vez y en medio de los exámenes y las clases de piano no ha tenido mucho tiempo para escribir, así que los pocos días que lo ha hecho, lo ha hecho intensamente y ha escrito una historia preciosa, que ha titulado LA MIRADA. De ella sí que me siento orgullosa.
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